Aún es relativa la garantía del derecho a la participación social y política de grupos históricamente relegados de la toma de decisión como: Las mujeres, las juventudes, las poblaciones indígenas, la niñez y las personas adultas mayores, condición elemental para garantizar la igualdad, pues:
“la libre participación, está ligada a una política de desarrollo destinada a asegurar el crecimiento económico y la justicia, y se sabe que una política de educación permanente, en Derechos Humanos, adaptada a las necesidades y aspiraciones del conjunto de la población revelará a cada uno sus posibilidades intelectuales y su sensibilidad, asegura su educación cultural y su formación artística, mejora su capacidad de expresión y estimule sus dotes creadoras, a fin de que pueda dominar mejor los cambios sociales y participar más ampliamente en la vida de la comunidad”. UNESCO
En un plano de la realidad, donde convive la falta de acceso, tránsito y permanencia, a servicios de calidad que garanticen la seguridad en: salud, educación, medio ambiente, cultura y artes, como elementos base para el desarollo de las personas, sus familias y comunidades, es fundamental dotar de elementos que permitan, por un lado crear procesos de fortalecimiento comunitario y por otro, que esos procesos permitan coadyuvar a resolver problemas de la vida cotidiana.
Reforzar los procesos comunitarios desde los Derechos Humanos con herramientas en Tecnologías de la Información y la Comunicación, permitirá retomar la capacidad de diálogo, tan necesaria para la participación social y el ejercicio ciudadano en la Ciudad de México.
Rosa Salazar.
INVITACIÓN
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